jueves, 5 de junio de 2008

Cuando un personaje no quiere morir...

Como contaba en el post anterior, gané el 1er premio del concurso de cuentos del Behique 2008. Envié dos cuentos al evento: El fin del paradigma Turing - von Neumann, y Ed Dedos, bajo el seudónimo de whrlwnd (whirlwind, si ponemos las íes en su sitio).

Ganó Ed Dedos, y por partida triple. Yoss lo leyó al público que fue al Behique con una voz cargada de un dramatismo que difícilmente yo podría conseguir, será publicado digital en el próximo La Voz de Alnader, y finalmente, aparecerá en una antología que ha preparado el Yoss por los 50 años de la cf cubana. De último cuento, no fue mi primera opción, casi ni llega a tiempo, a lo mejor todavía hay que hacerle algunas correcciones en la editorial… pero seguro que ahí va a estar.

Pónganle el cuño.

Ed Dedos es un personaje que ha estado a punto de dejar de existir todas las veces que he pensado en usarlo dentro de una historia, pero que siempre ha insistido, se ha aferrado a lo que escribo, se ha buscado un pequeño resquicio en mis cosas, lo ha defendido y, finalmente, se ha salido con la suya. Y mire usted qué cosa, es posiblemente el único personaje de mi novela abandonada del cual todavía me acuerdo, aparte del protagonista. Ed Dedos sería mi actor secundario fetiche, si me dedicara al cine, y me lo aprobaran en el casting. Cuando empecé a hacer los cuentos que siguieron a “...Turing – von Neumann”, el viejo Ed siempre quiso aparecer en alguno. Le daba lo mismo si era un secundario, una mención rápida, o una nota al pie de página. Él tenía que estar ahí. Cuando me decidí a escribir Cuentos de Bajavel, para explorar en reversa el período Turing – von Neumann de mi universo, Ed insistía en que quería aparecer en alguno. Tenía que aparecer en alguno. De lo que fuera, pero TENÍA que estar. Así que finalmente le hice (me hice) un grandísimo favor. Le escribí un cuento dedicado por completo a sí mismo, y a su forma de ser. Un cuento lo más objetivo posible, para saldar de una vez y por todas esta relación que llevamos ya quién sabe cuantos años. Ed no quería morir como personaje, y yo quería seguir escribiendo. Los dos teníamos que pasar la página.

Quedó tan complacido, que por escribirlo me han dado el primer premio en público que alguna vez me hayan dado. Pero todo el mérito ha sido suyo. En el fondo, siempre supe que podía ser mucho más que un personaje secundario. Y lo ha demostrado, sobreviviendo.

Enhorabuena, Ed.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena a ti, aunque no estuve alli, ya estaré.
Y en cuanto a Ed, él simplemente no quiere morir.