Pues sí. Ha vuelto a pasearse el Behique por el centro Hispanoamericano de Cultura, aquí en La Habana. Esta vez por dos días seguidos, el 31 de julio y el 1ero de agosto. El fandom cubano del fantástico ha vuelto a reunirse. Y en vacaciones, para que aquellos fans que todavía estudian puedan asistir sin descuidar sus exámenes. No han sido jornadas sencillas para el Comité Organizador, pero el resultado, que es lo que importa, bien ha valido la pena.
El primer día, y tras las palabras de presentación del evento, comenzaron las conferencias. La primera, sobre sectas secretas, con varias anécdotas y datos de interés. Por supuesto, al final se habló de las sociedades secretas que existen (o existieron) en nuestro país: en particular abakuá y masones. Luego tocó el torno de la conferencia de Duchy Man, sobre pintores simbolistas. La fascinación con la inevitabilidad de la muerte, el deterioro físico y moral, y la búsqueda de la belleza en aquello apagado por el tiempo, todo eso y más, seguimos obra tras obra en una secuencia de reproducciones de cuadros del movimiento simbolista, con Duchy como entusiasta guía y declarada admiradora. Acto seguido, y en vista de que los conferenciantes (y también el público) se habían tomado sus libertades con el tiempo de exposición, se pasó a la proyección de la película “El décimotercer Guerrero” (basada en el libro de Michael Crichton “Comedores de Cadáveres”), y de ahí a la última conferencia del día: “La Diosa Blanca”, por las escritoras Gina Picart Baluja y Elaine Vilar Madruga, acerca de la figura mitológica de La Triple Diosa. Si bien en ocasiones (al menos para este reseñador) alguna que otra referencia directa a las fuentes en las que basaron su conferencia habría ayudado a darle al conjunto mayor velocidad expositiva, lo cierto es que seguir (desde la Antigüedad pre-agrícola) las peripecias de La Diosa Blanca, su asimilación bajo el patriarcado y su ¿resurgimiento?, en esta ecléctica New Age global que poco a poco (también) está llegando a nuestro país, mantuvieron llena hasta el final a la sala del segundo piso del Centro Hispanoamericano.
Hmmmm… Sociedades ocultas secretas, pintores obsesionados con la muerte, el regreso de la Diosa Blanca… Vaya, que el Behíque del primer día parecía querer un viaje a la semilla, por así decir. ;-)
El segundo día, luego de la apertura de la exposición de cuadros fantásticos, (que este año tuvo con los cuadros de Duchy Man su punto más fuerte), se comenzó con una conferencia sobre el género fantástico en el anime japonés, demostrando un documentado estudio del tema por parte de los conferencistas del Proyecto Anime no kenkyū. Tan documentado, que se pasaron (también) del tiempo previsto, para no ser menos que los expositores anteriores. Pero, ¿quién se hubiera atrevido a quitar a Mazinger, Gran Mazinger, Grendizer de la pantalla, a ver? Luego, una pequeña conferencia, muy esperada, de Jacnier Marrero, sobre la técnica del papercraft. Como el año anterior, sus figuras de papel acapararon buena parte del interés del público en la muestra de arte fantástico. Y de ahí, se pasó a los reconocimientos. En esta edición se le hicieron homenajes a Gina Picart Baluja, y a Erick Mota y Javier de la Torre, fundadores del Boletín Digital “Disparo en Red, respectivamente.
Un breve receso, y ya en la tarde, comenzó el panel con jóvenes escritores de ciencia ficción cubana. Gabriel Gil, Elaine Vilar, Yadira Álvarez, Erick Flores, Jesús Minsal, Jeffrey López, y un servidor: Leonardo Gala, estuvimos de cara al público, todos con un aspecto en común: formamos parte del Taller Literario “Espacio Abierto”, que ha empezado a sesionar este año. El panel pasó por las preguntas previsibles de siempre, sin muchos contratiempos: cuándo comenzamos a escribir, cuáles son nuestras preferencias, qué estamos haciendo en estos momentos… hasta llegar al inevitable punto álgido de todo encuentro de este tipo que se realice por estos lares: ¿Cómo publicar? En el acto, las voces de generaciones anteriores de escritores se hizo sentir. Gina Picart, Bruno Henríquez, Juan Pablo Noroña, y desde el público el Yoss y Michel Encinosa, volvieron a recalcar que publicar en Cuba ciencia ficción y fantasía, ya seas novel o conocido, sigue siendo poco menos que imposible. ¿Hace falta una editorial que se dedique sólo al fantástico? ¿Seguirán desapareciendo los concursos existentes del género? ¿Se reeditarán las imprescindibles obras nacionales alguna vez para las nuevas generaciones de futuros escritores? ¿Seguirán los editores esperando, de la ciencia ficción y a la fantasía cubanas contemporáneas, obras de literatura infanto-juvenil?... Estas y otras preguntas, por supuesto, dan mucha tela por donde cortar. Soluciones, de momento, no se ve ninguna. Pienso realmente (y así lo dije) que no hay que esperar un milagro. Hay que escribir, siempre, lo mejor que se pueda, y hay que intentar publicar, donde se pueda, y cuándo se pueda. A fin de cuentas, lo que hacemos trata de lo imposible hecho probable. ;-)
Acabándose el panel, comenzó el tan “temido” encuentro de conocimientos. A pesar de que se prometió en un principio que las preguntas de este año serían más fáciles… no nos engañemos, no fue así. Baudilio, el conductor del programa La Neurona Intranquila, amenizó muy profesional y jocosamente el encuentro para disfrute del público, que en ocasiones demostró que podía fácilmente estar también allá arriba, entre los miembros de los 2 equipos. Hubo quizás más preguntas de la cuenta de “cierta saga” de George R.R.Martin, pero público (que abarrotó la sala) y concursantes pasaron sin dudas aquí su mejor momento de la tarde.
Finalmente, como Presidente del jurado del concurso de cuentos cortos “Salomón 2009, me llegó el momento de leer la tan esperada acta de la premiación, y entregarle a Gabriel Gil, el ganador de esta edición, junto con su Premio Salomón 2009, la responsabilidad de ser el Presidente del jurado del próximo año. ¡Felicidades, colega!
Y tras la premiación… la peña musical fantástica, no faltaba más. Casi hora y media de clips, cortos y algo de humor, hasta el momento de ver subir allá arriba al Comité Organizador (sí, en mayúsculas), decir las palabras de cierre, antes de volver luego a casa.
¿Qué, nos vemos de nuevo en el centro Hispanoamericano el año que viene…?
¡Por supuesto!